EL JUEGO COMO RECURSO TERAPÉUTICO 

Debemos comprender que el tratamiento que se sigue con el niño no debe ser siguiendo la premisa de que el niño es un adulto pequeño así que el tratamiento no debe ser a base de repeticiones, sino que debe contener un componente lúdico para el niño.

La funcionalidad del niño consiste en jugar y debemos intervenir a través de juegos significativos y relevantes.

Se trabajan los siguientes aspectos:

SENSORIOMOTRICIDAD: Es la unión del movimiento con las emociones, con el sentir. 

ACTIVIDAD ESPONTÁNEA. Siempre hay un plan de tratamiento con objetivos claros, pero también se adaptan ejercicios para incluir la actividad que a los niños les gusten.

REPETICIÓN. Resulta más ameno y significativo trabajar repitiendo un juego con significado que un movimiento vacío de contenido.

APRENDIZAJE. El propio aprendizaje que aporta el hecho de jugar en sí mismo, creando nuevos juegos.

EXPLORACIÓN E INTERACCIÓN CON EL ENTORNO. Los juegos, en especial los relacionados con el movimiento, son una puerta hacia el conocimiento de nuevos elementos de nuestro entorno.

COMUNICACIÓN Y SIMBOLIZACIÓN. El juego es una oportunidad para interaccionar con el niño, es importante explicarle qué va a pasar así que anticipamos los juegos que iremos haciendo en esa sesión. A veces puede ser necesario utilizar comunicación aumentativa con pictogramas para que la comprensión sea mejor y el niño comprenda qué va a ocurrir.

AUTONOMÍA. Mediante el juego fomentamos el deseo y la capacidad de movimiento autónomo. Trabajamos la autonomía del niño en la medida de lo posible.